martes, 10 de septiembre de 2024

58 días de infierno. Parte 1 y 2.

 


58 días de infierno: cómo 25 combatientes detuvieron al ejército de Hitler.

Stalingrado, verano de 1942. La ciudad que lleva el nombre del líder se convirtió en el escenario de una de las batallas más sangrientas de la historia de la humanidad. Las calles, antes llenas de vida, ahora estaban sembradas de escombros de edificios y cuerpos de los caídos. En el aire, saturado de humo y pólvora, resonaba el incesante rugido de la artillería y los aviones.

En este infierno, entre las ruinas de una ciudad que alguna vez fue próspera, un grupo de soldados soviéticos logró una hazaña que quedará para siempre en los anales de la historia militar. Esta es una historia sobre una casa que se convirtió en fortaleza y sobre personas cuya resistencia convirtió un edificio común y corriente en un símbolo del espíritu inflexible de los defensores de la Patria.

Capítulo 1: La casa que se convirtió en fortaleza


Importancia estratégica
A orillas del Volga, en pleno corazón de Stalingrado en llamas, se alzaba un edificio residencial de cuatro pisos. Construido en tiempos de paz para las familias de los trabajadores, ahora adquirió una importancia clave en la defensa de la ciudad. Situada en la Plaza 9 de Enero (ahora Plaza Lenin), la casa estaba en la intersección de tres calles, lo que daba a sus defensores la oportunidad de controlar un vasto territorio.

Desde los pisos superiores se podía ver el terraplén del Volga, la última línea de defensa de las tropas soviéticas. Si los alemanes hubieran logrado capturar esta casa, habrían tenido acceso directo al río, lo que podría haber sido desastroso para los defensores. Por eso el mando del 62.º Ejército concedió tanta importancia al desempeño de este cargo.

Transformación en punto fortificado
Cuando el sargento Yakov Pavlov y sus camaradas ocuparon la casa el 27 de septiembre de 1942, era un edificio en ruinas con ventanas rotas y agujeros en las paredes. Pero en manos de combatientes experimentados, incluso una estructura así podría convertirse en una fortaleza inexpugnable.


Bajo el liderazgo de Pavlov y luego del teniente Ivan Afanasyev, los combatientes comenzaron a fortalecer sus posiciones. Las ventanas estaban tapiadas, dejando sólo estrechas aspilleras para disparar. Se perforaron agujeros adicionales en las paredes para observación y disparo. El sótano se convirtió en vivienda y almacén de municiones, y en el techo se instalaron emplazamientos de ametralladoras.

Cada piso se convirtió en una unidad de defensa separada, capaz de realizar una defensa integral. Los combatientes crearon un complejo sistema de pasajes de comunicación entre pisos, lo que les permitió moverse rápidamente dentro del edificio mientras permanecían invisibles para el enemigo. Se prestó especial atención a la explotación de los accesos a la casa. Los zapadores colocaron minas antitanque y antipersonal, convirtiendo los alrededores en una trampa mortal para los atacantes.

Así, un edificio residencial ordinario se convirtió en una ciudadela inexpugnable, que se convirtió en un hueso en la garganta del mando alemán.

Capítulo 2: Héroes de defensa
La historia de la defensa de la casa de Pavlov comenzó el 27 de septiembre de 1942, cuando el sargento Yakov Pavlov recibió la orden de realizar un reconocimiento en vigor y afianzarse en el edificio si resultaba que estaba desocupado por el enemigo.


Junto con tres luchadores, Nikolai Chernogolov, Vasily Glushchenko y Gayaza Khairulin, Pavlov avanzó hacia la casa.

Formación de la guarnición
Tras superar la zona de la plaza incendiada, el grupo irrumpió en el edificio. Para su sorpresa, en el interior encontraron a civiles escondidos en el sótano. Entre ellos se encontraba una niña, Zina Andreeva, cuyo destino estaba estrechamente relacionado con la historia de la defensa de la casa.

Alineación internacional de defensores
Una característica sorprendente del grupo de defensores de la casa de Pavlov fue su composición internacional. Aquí, hombro con hombro, lucharon representantes de diferentes nacionalidades de la Unión Soviética:

Ruso: Yakov Pavlov, Ivan Afanasiev
Ucranianos: Alexey Sobgaida
Georgianos: Nikolai Ramazanov
Uzbekos: Kamoljon Turgunov
Tártaro: Gayazy Khairulin
Kazajo: Taybek Murzaev
Tayikos, judíos, abjasios
Esta unidad se convirtió en la encarnación viva de la amistad de los pueblos de la URSS, unidos frente a un enemigo común. A pesar de las diferencias de idioma y cultura, todos estaban unidos por un objetivo: proteger su patria.

Figuras clave en la defensa
Cada uno de los defensores de la casa de Pavlov fue un héroe, pero algunos nombres están inscritos de manera especialmente vívida en la historia de esta defensa:

El sargento Yakov Pavlov es el iniciador de la toma de la casa y el primer líder de la defensa. Su ingenio y capacidad de liderazgo jugaron un papel clave en los primeros días.
El teniente Ivan Afanasyev llegó con refuerzos y asumió el liderazgo general. Su experiencia táctica ayudó a organizar una defensa eficaz.
Alexey Sobgaida es un ametrallador cuya ametralladora no se detuvo día ni noche, repeliendo los ataques enemigos.
Taibek Murzaev es un francotirador que mantuvo a raya a los soldados alemanes. Ha matado a más de 50 enemigos.
Nikolai Ramazanov es un señalizador que proporcionó una comunicación vital con el comando.





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