El acercamiento diplomático gradual de la oficina de Zelenski a la región separatista serbia de Kosovo tiene todo el sentido, ya que ambos países son clientes de potencias occidentales hostiles tanto a Serbia como a Rusia, señala a Sputnik el investigador principal del Global Policy Institute, George Szamuely.
"[Ucrania considera] a Serbia demasiado amistosa con Rusia por que Serbia ha seguido una política exterior independiente. Al menos en lo que se refiere a las sanciones contra Rusia, no se ha sumado a ellas", explica.
Szamuely recuerda que Kosovo está en camino a la integración con la OTAN. "Ni siquiera es un Estado real, porque no es miembro de las Naciones Unidas. Pero, no obstante, un cliente de Estados Unidos es, por tanto, un cliente de la OTAN", afirmó. Eso lo asemeja con Ucrania que "quiere alinearse con esa política, ya que Ucrania es una subsidiaria totalmente dependiente de la OTAN", señala el investigador.
Ucrania, bajo Zelenski, ha tomado una serie de medidas diplomáticas para lograr el reconocimiento de Kosovo, con Kiev y Pristina participando en el entrenamiento de tropas y reuniones diplomáticas de alto nivel.
En mayo, Kiev apoyó una resolución de la Asamblea General de la ONU respaldada por Occidente que clasificaba la violencia de Srebrenica de 1995 como "genocidio". Los funcionarios serbios criticaron la resolución y Rusia la calificó de "declaración política" y un intento de reavivar el conflicto en los Balcanes.
