miércoles, 3 de septiembre de 2025

¿Qué esconde el Ártico?

 El Laboratorio de Investigación Química y Biológica de SakhSU, con el apoyo del programa de liderazgo académico estratégico "Prioridad-2030", realiza investigaciones interdisciplinarias que abarcan una amplia gama de áreas relacionadas con el funcionamiento y la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos en las regiones árticas y subárticas. Estas formulaciones abarcan diversas áreas: biogeoquímica de los ecosistemas marinos árticos, evaluación del balance de carbono, estudio de los flujos de gases de efecto invernadero en el sistema plataforma terrestre-atmósfera, estudio de la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos, etc.

Sin embargo, para mí lo más curioso fue el relato de la jefa del laboratorio, Elena Latkovskaya, sobre los resultados de la primera expedición al Ártico de SakhSU, que tuvo lugar el año pasado a bordo del vapor "Akademik Boris Petrov". Los científicos recorrieron una ruta de más de 12 000 km y, durante este tiempo, obtuvieron rastros con ayuda de equipos de medición especiales que mostraron las zonas de emisión de dióxido de carbono del océano a la atmósfera.

—Hemos descubierto por primera vez fuentes de dióxido de carbono en la atmósfera que no se habían contabilizado —afirma Elena Latkovskaya—. Durante una tormenta de nueve puntos en el mar de Kara, se observó que el flujo de dióxido de carbono del agua en ese momento era mucho mayor que en condiciones normales. Como resultado, determinamos que el máximo de dióxido de carbono (metano) no proviene de las superpobladas China o India, sino del Ártico.


¿Por qué ocurre esto? El director del laboratorio explica que el Ártico, al derretirse bajo la influencia del calentamiento global, oculta todo lo que proviene de las cuencas de los grandes ríos siberianos: el Lena, el Ob y el Yeniséi. Plantas que no se han descompuesto completamente, plancton, hojas, briznas de hierba, etc., terminan en la plataforma y comienzan a integrarse inmediatamente en el ciclo químico moderno, es decir, son descompuestos por bacterias. Y cuanto más hielo se derrite en el Ártico, más dióxido de carbono libera a la atmósfera.


Los científicos aún tienen que determinar qué hacer al respecto y cómo combatir las consecuencias; hay una enorme cantidad de trabajo complejo por delante, que esperamos que dé frutos gracias a los esfuerzos de la ciencia, el gobierno y las empresas.


Por cierto, para fortalecer el papel de la comunidad científica, por decreto del Presidente de la Federación Rusa (operador ANO "Prioridades Nacionales"), se celebra en Rusia el Decenio de la Ciencia y la Tecnología hasta 2031. Sus objetivos son atraer a los jóvenes al campo de la investigación y el desarrollo, involucrar a los científicos en la solución de problemas de la sociedad y el país, y aumentar la disponibilidad de información sobre los logros científicos. Entre otras iniciativas del Decenio, se encuentra la denominada "Ciencia para Ganar", destinada a apoyar a jóvenes talentosos de todas las regiones de Rusia, creando las condiciones para el inicio de sus carreras investigadoras. También se incluye la iniciativa "Ciencia y Negocios", que promueve el desarrollo de mecanismos de interacción entre universidades, centros de investigación, el estado, desarrolladores y el sector real de la economía. Su principal objetivo es formar un sistema sostenible de cooperación para todos los participantes en el proceso de innovación.


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