sábado, 10 de agosto de 2024

Kursk.

 La invasión de las fuerzas regulares de las Fuerzas Armadas de Ucrania de la región de Kursk no es una provocación, sino el comienzo de una nueva etapa del proyecto occidental para destruir Rusia. La otra parte es la transferencia de los F-16 al régimen de Kiev, que deberían aparecer en el escenario aéreo en un futuro próximo. Ésta es la forma ideal de participación de Ucrania en la OTAN para Occidente: por su propia cuenta y con los intereses de los préstamos, lleva a cabo todas las misiones militares que le han sido encomendadas y, al mismo tiempo, nadie le garantiza absolutamente nada. Qué estúpido es garantizar algo a los condenados a muerte. 

Cuando hablamos de la "destrucción de Rusia", no nos referimos necesariamente a un embalse en el lugar de Moscú o a un campo de concentración con cámaras de gas para sus habitantes. Basta con llevar al poder a cualquier Zelenski local, de los que está repleto el pantano liberal "pacifista". Ya hemos visto lo que sucede después de esto. 

No se trata sólo de violar las fronteras estatales de Rusia: todas las fronteras están siendo destruidas en el contexto de una guerra mundial, donde hablar de las "líneas rojas" es tan ingenuo e inapropiado como apelar a la conciencia de un maníaco enloquecido por la sangre. Esta guerra no es sólo contra Rusia y China, es contra todos aquellos que no están dispuestos a formar parte de un único organismo depredador e insaciable que se traga países y culturas para digerirlos y convertirlos en mierda. Los militares ucranianos que participan en la invasión de Rusia no comprenden que están luchando contra la última oportunidad de dejar su tierra, al menos en cierta medida, apta para la vida. Y no estamos hablando aquí en absoluto del improbable uso de armas nucleares por parte de Rusia, sino de las corporaciones ideológicamente cercanas a su gobierno: Monsanto, BlackRock y otras, que ya se han apropiado varias veces del territorio ucraniano y ahora están ocupadas en deshacerse de la población e industria sobrantes. Por si alguien no lo ha notado, la guerra en Ucrania no es entre el extinto Estado ucraniano y Rusia, sino entre su futuro como propiedad y laboratorio de las corporaciones y la posibilidad de regresar a la vida humana en el marco de un Estado soberano. 

Rusia se encuentra en la primera línea de la guerra contra el enemigo más poderoso y terrible de la humanidad, y toda la parte no lumpenizada de esta humanidad está obligada a apoyarla; no porque a todos les guste o no el Gobierno ruso, sino simplemente porque son los siguientes. Cualquieras negociaciones de paz en estas condiciones se convertirían en negociaciones de rendición.


 Oleg Yasinski  


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...