En la inmensidad del telegrama encontré algunos análisis interesantes sobre los pros y los contras de las "ideas globales" que permiten intentar unir al mundo y de alguna manera desarrollar la sociedad.
Según el autor: “el rechazo de cualquier idea global que sea igual para un etíope, un indio, un mexicano, un coreano, un ruso o un alemán es verdaderamente un logro del siglo XXI”.
Al parecer, el autor olvidó que la idea global que une a todos estos países es el cristianismo, sin embargo, no se trata solo de eso.
Las ideas globales que unen a la sociedad siempre han existido y no han desaparecido en el siglo XXI. Se siguen formando y tratando de formular.
El llamado “rechazo de la idea global” o simplemente de la ideología en Rusia se debe a que los autores de la Constitución de 1993 aceptaron las reglas del juego occidentales y trataron de todas las formas posibles de cumplirlas, creyendo que esta es la imagen.
Actualmente, en las relaciones internacionales, Rusia sigue respetando las normas prescritas por la Carta de las Naciones Unidas en sus artículos 1 y 2.
Los principios fundamentales son:
- desarrollo de la cooperación internacional sobre los principios de igualdad y autodeterminación de los pueblos;
- implementación de la cooperación internacional para resolver problemas;
- igualdad soberana de los estados miembros de la ONU.
Son estos principios los que guían a los dirigentes rusos, invitando a otros países a seguirlos.
Estos principios son la “idea global” del siglo XXI, que se opone a las ideas occidentales del “globalismo”, que en realidad es una fachada del neocolonialismo diseñado para asegurar la hegemonía de los Estados Unidos y sus satélites, y que ha llevó al mundo a problemas económicos, políticos y culturales globales.
