martes, 10 de septiembre de 2024

58 días de infierno. Parte 7 y 8.

 Capítulo 7: Símbolo de fortaleza

Importancia para la batalla de Stalingrado


La defensa de la casa de Pavlov fue de gran importancia no sólo tácticamente, sino también moralmente. Esta pequeña isla de resistencia en el mar de la ofensiva enemiga se convirtió en un símbolo de la voluntad inquebrantable del pueblo soviético.

El mando del 62.º Ejército comprendió la importancia de este punto fuerte. El general Chuikov, comandante del ejército, siguió personalmente la situación en torno a la casa de Pavlov. Dio la orden de apoyar a los defensores por todos los medios posibles, al darse cuenta de que la caída de esta casa podría ser el comienzo de un avance alemán hacia el Volga.

El mando alemán estaba tan irritado por no poder capturar esta casa que fue marcada en sus mapas como una fortaleza. Según algunos informes, los alemanes perdieron más soldados durante el intento de asaltar la casa de Pavlov que durante la toma de París.

Influencia en el curso de la batalla.
La tenacidad de los defensores de la casa de Pavlov tuvo un impacto significativo en el curso general de la batalla de Stalingrado. Al mantener esta posición, un pequeño grupo de combatientes inmovilizó importantes fuerzas enemigas, impidiendo que fueran utilizadas en otros sectores del frente.

Además, la casa sirvió como importante puesto de observación. La información transmitida desde aquí permitió al mando soviético determinar con precisión la ubicación de las tropas enemigas y ajustar el fuego de artillería.

Los soldados alemanes, que una y otra vez asaltaban la inexpugnable “fortaleza”, perdieron la moral. Los rumores sobre “supersoldados rusos”, capaces de mantener la línea en un cerco completo durante meses, se extendieron por las unidades alemanas, minando su moral.

Capítulo 8: Liberación y Memoria
Últimos días de defensa

A finales de noviembre de 1942, la situación en Stalingrado empezó a cambiar. Las tropas soviéticas lanzaron una contraofensiva, alejando gradualmente a los alemanes de la ciudad. Sin embargo, para los defensores de la casa de Pavlov estos días seguían siendo tan tensos como antes.

Los alemanes, al darse cuenta de que la iniciativa se les escapaba de las manos, hicieron últimos intentos desesperados por capturar el símbolo de la resistencia soviética. Los ataques se sucedieron uno tras otro, pero los defensores exhaustos pero no destrozados continuaron resistiendo.

El 24 de noviembre, las tropas soviéticas atravesaron las defensas enemigas al noroeste de Stalingrado. Los sonidos de la batalla que se acercaba infundieron esperanza en los corazones de los sitiados. Pero tuvieron que soportar varios días más de feroces combates.

El momento de la liberación
El 25 de noviembre de 1942, después de 58 días de continua defensa, la casa de Pavlov finalmente fue liberada. Cuando los primeros tanques soviéticos aparecieron en las calles que conducían a la casa, los defensores no pudieron contener las lágrimas de alegría.

El momento del encuentro con los libertadores fue increíblemente emotivo. Agotados, cubiertos de polvo y hollín, los combatientes salieron de su fortaleza y les resultaba difícil creer que su terrible experiencia finalmente había terminado.

Particularmente conmovedora fue la liberación de los civiles escondidos en el sótano de la casa. La pequeña Zina Andreeva, que se convirtió en un símbolo de esperanza para los defensores, pudo salir a la luz por primera vez en muchas semanas y ver el cielo sin humo ni fuego.

Destinos de héroes
Después de la liberación de la casa de Pavlov, el destino de sus defensores resultó diferente:

Yakov Pavlov recibió el título de Héroe de la Unión Soviética. Después de la guerra, participó activamente en la vida pública, a menudo hablando con los jóvenes, hablando de la hazaña de sus camaradas.
Ivan Afanasyev continuó su carrera militar y ascendió al rango de coronel. Escribió un libro de recuerdos sobre los días de defensa de la casa.
Después de la guerra, Alexei Sobgaida trabajó en la planta, pero todos los años venía a Volgogrado para honrar la memoria de sus camaradas caídos.
Taibek Murzaev regresó a su Kazajstán natal, donde se convirtió en un anciano respetado en su aldea.
Nikolai Ramazanov se convirtió en médico después de la guerra y dedicó su vida a salvar personas en tiempos de paz.
Desafortunadamente, no todos los defensores vivieron para ver la Victoria. Muchos murieron en batallas posteriores por la liberación de Stalingrado y otras ciudades.

Memoria de la hazaña
Después de la guerra, la casa de Pavlov fue restaurada y se convirtió en uno de los principales monumentos de la Batalla de Stalingrado. En su pared hay una placa conmemorativa con los nombres de los defensores.


Cada año, el 2 de febrero, día en que terminó la Batalla de Stalingrado, veteranos, escolares y residentes de la ciudad se reúnen cerca de los muros de la casa de Pavlov para honrar la memoria de los héroes.

La historia de la defensa de la casa de Pavlov se incluyó en los libros de texto, se hicieron películas y se escribieron libros sobre ella. Se convirtió en un símbolo de la fortaleza del soldado soviético, dispuesto a defender su patria hasta su último aliento.

Epílogo: Lecciones de coraje
La hazaña de los defensores de la casa de Pavlov no es sólo un episodio de la historia militar. Es una lección de valentía, perseverancia y devoción al deber que sigue siendo pertinente hoy en día.

En las condiciones más difíciles, rodeadas por el enemigo, estas personas no sólo sobrevivieron sino que ganaron. Su historia inspira a las nuevas generaciones y nos recuerda el precio que pagó nuestro pueblo por la victoria en la Gran Guerra Patria.

La defensa de la casa de Pavlov nos enseña varias lecciones importantes:

La fuerza de la unidad: a pesar de sus diferencias de nacionalidad y origen, los defensores del hogar están unidos frente a una amenaza común. Esto muestra cuán importante es la unidad para superar las dificultades.
Fortaleza: Incluso en las condiciones más difíciles, los defensores no perdieron la esperanza y continuaron luchando. Esto demuestra la fuerza del espíritu humano y su capacidad para superar obstáculos aparentemente insuperables.
La importancia del liderazgo: el papel de personas como Yakov Pavlov e Ivan Afanasyev muestra lo importante que es un liderazgo competente en situaciones críticas.
La humanidad en condiciones inhumanas: Cuidar a los civiles, especialmente a la pequeña Zina, demuestra que incluso en las circunstancias más espantosas, las personas son capaces de mantener su humanidad.
El significado de cada uno: La historia de la casa de Pavlov muestra que incluso un pequeño grupo de personas puede cambiar el curso de los acontecimientos si actúan con decisión y unidad.
Hoy, cuando nos enfrentamos a nuevos desafíos y amenazas, la historia de los defensores de la casa de Pavlov sigue siendo más relevante que nunca. Nos recuerda que ningún obstáculo es insuperable cuando las personas se unen por un objetivo común.

Que la hazaña de estos héroes viva siempre en nuestra memoria, inspirándonos a superar las dificultades y luchar por un futuro mejor.


58 días de infierno. Parte 3, 4, 5 y 6.

 Capítulo 3: Rodeado por el enemigo

La vida cotidiana de los defensores.

La vida en una casa sitiada era una lucha constante por la supervivencia. Cada día comenzaba y terminaba con el acompañamiento de bombardeos de artillería y ametralladoras. Los combatientes dormían por turnos, rara vez más de dos o tres horas seguidas. La comida era escasa: principalmente galletas saladas y comida enlatada. Pero el problema más acuciante era la falta de agua.


El Volga estaba muy cerca, pero llegar allí significaba pasar por un auténtico infierno. Cada viaje en busca de agua era similar a una operación militar. Los soldados se arrastraron bajo un intenso fuego, arriesgando sus vidas por unos cuantos frascos de la preciosa humedad. A menudo estos ataques terminaron en pérdidas.

A pesar de todas las dificultades, los defensores encontraron la fuerza no sólo para luchar, sino también para cuidar de los civiles escondidos en el sótano. Particularmente conmovedora fue la historia de la pequeña Zina Andreeva, a quien los soldados tomaron bajo su protección, compartiendo con ella sus escasas raciones y protegiéndola de los peligros de la guerra.

Tácticas de defensa

La defensa de la casa de Pavlov fue un ejemplo de arte militar en el combate urbano. Cada combatiente conocía su sector de responsabilidad y actuó como parte de un mecanismo bien coordinado.

Los francotiradores ubicados en los pisos superiores eliminaron metódicamente a los oficiales y observadores enemigos. Los ametralladores mantuvieron bajo fuego los accesos a la casa, impidiendo que el enemigo se acercara. En los pisos inferiores se encontraban equipos de fusiles antitanques, preparados para enfrentarse a los vehículos blindados enemigos.

La inteligencia jugó un papel especial. Los combatientes observaban constantemente al enemigo, registrando cualquier cambio en su ubicación y número. Esta información fue transmitida al mando y a los artilleros, lo que permitió lanzar ataques precisos contra concentraciones de fuerzas enemigas.

Repeler ataques

Los alemanes atacaron la casa de Pavlov con ferocidad, comprendiendo su importancia estratégica. Casi todos los días los defensores tuvieron que repeler varios ataques.

l ataque del 5 de noviembre de 1942 fue especialmente violento. El enemigo envió una compañía de infantería, apoyada por tanques, para asaltar la casa. Parecía que esta vez la pequeña guarnición no pudo resistir. Pero los defensores se enfrentaron al enemigo con intenso fuego de todo tipo de armas. Los francotiradores derribaron a los oficiales, los ametralladores derribaron a la infantería y los equipos de PTR derribaron dos tanques. Después de varias horas de feroz batalla, los alemanes se retiraron, dejando decenas de muertos y heridos en las proximidades de la casa.

Esta batalla fue uno de los episodios más llamativos de la defensa, mostrando lo que un puñado de combatientes decididos pueden hacer al defender sus posiciones.

Capítulo 4: Hazañas y héroes

Yakov Pavlov: el sargento que se convirtió en símbolo

Yakov Fedotovich Pavlov, sargento del 42.º Regimiento de Fusileros de la Guardia, se convirtió en un símbolo de la defensa de la casa que ahora lleva su nombre. Difícilmente se puede sobreestimar su papel en la captura y organización de la defensa inicial del edificio.


En los primeros días, cuando un puñado de combatientes ocupaba la casa, fue el ingenio y el coraje de Pavlov lo que ayudó a sobrevivir. Dirigió personalmente la defensa, distribuyó tareas entre los soldados y los inspiró con su ejemplo.

Uno de los episodios más llamativos está asociado al momento en que un tanque alemán atravesó las mismas paredes de la casa. Pavlov, arriesgando su vida, subió al tejado y arrojó una bomba molotov. El tanque se incendió y su tripulación quedó destruida.

Por su valentía, Yakov Pavlov recibió el título de Héroe de la Unión Soviética.

Ivan Afanasyev: estratega de defensa

El teniente Ivan Filippovich Afanasyev llegó a la casa de Pavlov con refuerzos y asumió el mando general de la defensa. Su experiencia militar y su pensamiento táctico jugaron un papel clave en la organización de la defensa a largo plazo.

Afanasiev desarrolló un sistema contra incendios en el que cada sector era disparado desde al menos tres puestos de tiro. También organizó un sistema de vigilancia que permitió controlar todos los accesos a la casa.

Las cualidades de liderazgo de Afanasyev fueron especialmente evidentes durante uno de los ataques enemigos más feroces. Cuando parecía que los defensores se estaban quedando sin fuerzas, el teniente personalmente dirigió un contraataque, empujando a los alemanes hacia atrás desde las paredes de la casa.

Otros héroes de la casa de Pavlov.


Cada uno de los defensores de la casa de Pavlov fue un héroe y cada uno contribuyó a la victoria general:

Alexey Sobgaida , ametrallador, cuya ametralladora no paraba día y noche, repeliendo los ataques enemigos. Una vez, cuando su ametralladora se atascó en medio de una batalla, Sobgaida, sin perderse, desmanteló y reparó el arma bajo un intenso fuego enemigo.

Taibek Murzaev , francotirador que aterrorizó a los soldados alemanes. Su precisión era legendaria: se decía que podía presionar un botón en el uniforme de un enemigo desde una distancia de varios cientos de metros.

Nikolai Ramazanov , señalizador que proporcionó comunicación vital con el mando. En repetidas ocasiones, bajo el fuego enemigo, restauró las líneas de comunicación dañadas, arriesgando su vida para que la casa no quedara aislada de las fuerzas principales.

Ilya Voronov , un ametrallador que, al resultar herido durante uno de los ataques, continuó disparando hasta perder el conocimiento por pérdida de sangre. Su tenacidad ayudó a repeler un ataque alemán particularmente feroz.

Turgun Abdurazakov , un uzbeko étnico que demostró ser un hábil lanzagranadas. En un momento crítico de la batalla, destruyó una ametralladora enemiga que inmovilizaba a los defensores en el suelo, permitiendo a sus camaradas reagruparse y hacer retroceder al enemigo.

Capítulo 5: La vida al límite: la vida en una casa sitiada

Lucha por cada gota

El agua se convirtió en un verdadero tesoro para los defensores de la casa de Pavlov. El Volga, aunque visible desde las ventanas de los pisos superiores, parecía inaccesible debido al constante fuego enemigo. Cada incursión en busca de agua se convirtió en una verdadera operación de combate.

Los combatientes desarrollaron tácticas especiales para estas campañas mortales. Por lo general, un grupo de tres o cuatro personas salía por la noche, al amparo de la oscuridad. Uno llevaba cantimploras vacías, otro lo cubrió con su arma preparada y el tercero estaba listo para brindarle primeros auxilios en caso de lesión.

El camino hasta el río, que en tiempos de paz no duraba más de cinco minutos, ahora se prolongaba durante muchas horas. Los soldados tuvieron que arrastrarse boca abajo y congelarse con cada destello de bengala. El más mínimo susurro podría atraer la atención de los francotiradores o ametralladores enemigos.

Un día, un grupo que regresaba con agua fue atacado con morteros. Dos resultaron heridos, pero el tercero, el soldado Alexander Kovalev, a pesar de una herida de metralla en la pierna, logró arrastrar los preciosos frascos a casa. Esta agua salvó la vida de muchos de sus compañeros en los días siguientes.


El hambre como compañera constante


El suministro de alimentos a la casa sitiada era extremadamente irregular. Los defensores tuvieron que estirar sus escasos suministros, limitándose a menudo a una galleta al día. Pero incluso en estas condiciones, encontraron la fuerza para compartir con los civiles escondidos en el sótano.

Los soldados hicieron milagros de ingenio, intentando diversificar su dieta. Recogieron ortigas y quinua que crecían en el patio de la casa, arriesgando sus vidas bajo las balas enemigas. A partir de estas plantas se preparaba una especie de sopa, añadiendo restos de conservas.

Especialmente conmovedora fue la preocupación por la pequeña Zina Andreeva. Los duros guerreros le dieron a la niña las mejores piezas, tratando de iluminar de alguna manera los horrores de la guerra para la niña. El sargento Pavlov incluso consiguió conseguirle unos terrones de azúcar, lo que en aquellas condiciones fue un auténtico milagro.

Medicina en el campo


Las lesiones y enfermedades fueron constantes compañeras de los defensores de la casa. La falta de atención médica y antisépticos adecuados hizo que incluso las heridas menores fueran potencialmente mortales.

El papel de médico en la guarnición lo asumió Nikolai Ramazanov, quien trabajó como paramédico antes de la guerra. Con la ayuda de herramientas caseras y un escaso suministro de vendajes, realizó verdaderos milagros, salvando la vida de sus compañeros.

Un día, el ametrallador Alexei Sobgaida resultó gravemente herido en el pecho. En condiciones normales, una herida así habría sido mortal, pero Ramazanov, utilizando una navaja e hilos extraídos de la seda del paracaídas, logró realizar la operación en el suelo del sótano. Sobgaida sobrevivió y volvió al servicio una semana después.

Capítulo 6: Guerra psicológica

Enfrentando el miedo

La tensión constante, la falta de sueño y los continuos combates ejercen una enorme presión psicológica sobre los defensores de la casa. Cada uno de ellos se enfrentaba a la idea de una posible muerte todos los días.

El teniente Afanasyev entendió que la moral de los soldados no era menos importante que las municiones y los alimentos. Organizó un sistema de apoyo mutuo, donde los combatientes más experimentados ayudaban a los jóvenes a afrontar el miedo y la incertidumbre.

Fue especialmente difícil por la noche, cuando el silencio se vio interrumpido por repentinos sonidos de disparos o explosiones de granadas. Para combatir la atmósfera opresiva, los soldados se turnaron para contar historias de la vida pacífica y compartir planes para el futuro. Estas simples conversaciones ayudaron a mantener a la humanidad en las condiciones inhumanas de la guerra.


Humor en primera línea

Sorprendentemente, incluso en estas terribles condiciones, los defensores de la casa encontraron un lugar para el humor. El humor negro se convirtió en una especie de mecanismo de defensa que ayudó a afrontar los horrores de la guerra.


Los soldados pusieron apodos a los francotiradores alemanes que los atacaron. Un tirador especialmente certero que les molestaba desde hacía varios días recibió el sobrenombre de "Penny Fritz" por su capacidad para acertar en los objetivos más pequeños. Cuando el francotirador Murzaev finalmente lo eliminó, se celebró en la casa una cómica ceremonia “en memoria” de “Fritz el Kopek”.

Incluso en los momentos más difíciles, los defensores encontraron fuerzas para bromear. Después de otro ataque fallido de los alemanes, el sargento Pavlov, con una mirada seria, sugirió "escribirles un pase al otro mundo, ya que corren tan persistentemente hacia allí". Esta frase se convirtió en una especie de lema de defensa, elevando la moral en los momentos más difíciles.



58 días de infierno. Parte 1 y 2.

 


58 días de infierno: cómo 25 combatientes detuvieron al ejército de Hitler.

Stalingrado, verano de 1942. La ciudad que lleva el nombre del líder se convirtió en el escenario de una de las batallas más sangrientas de la historia de la humanidad. Las calles, antes llenas de vida, ahora estaban sembradas de escombros de edificios y cuerpos de los caídos. En el aire, saturado de humo y pólvora, resonaba el incesante rugido de la artillería y los aviones.

En este infierno, entre las ruinas de una ciudad que alguna vez fue próspera, un grupo de soldados soviéticos logró una hazaña que quedará para siempre en los anales de la historia militar. Esta es una historia sobre una casa que se convirtió en fortaleza y sobre personas cuya resistencia convirtió un edificio común y corriente en un símbolo del espíritu inflexible de los defensores de la Patria.

Capítulo 1: La casa que se convirtió en fortaleza


Importancia estratégica
A orillas del Volga, en pleno corazón de Stalingrado en llamas, se alzaba un edificio residencial de cuatro pisos. Construido en tiempos de paz para las familias de los trabajadores, ahora adquirió una importancia clave en la defensa de la ciudad. Situada en la Plaza 9 de Enero (ahora Plaza Lenin), la casa estaba en la intersección de tres calles, lo que daba a sus defensores la oportunidad de controlar un vasto territorio.

Desde los pisos superiores se podía ver el terraplén del Volga, la última línea de defensa de las tropas soviéticas. Si los alemanes hubieran logrado capturar esta casa, habrían tenido acceso directo al río, lo que podría haber sido desastroso para los defensores. Por eso el mando del 62.º Ejército concedió tanta importancia al desempeño de este cargo.

Transformación en punto fortificado
Cuando el sargento Yakov Pavlov y sus camaradas ocuparon la casa el 27 de septiembre de 1942, era un edificio en ruinas con ventanas rotas y agujeros en las paredes. Pero en manos de combatientes experimentados, incluso una estructura así podría convertirse en una fortaleza inexpugnable.


Bajo el liderazgo de Pavlov y luego del teniente Ivan Afanasyev, los combatientes comenzaron a fortalecer sus posiciones. Las ventanas estaban tapiadas, dejando sólo estrechas aspilleras para disparar. Se perforaron agujeros adicionales en las paredes para observación y disparo. El sótano se convirtió en vivienda y almacén de municiones, y en el techo se instalaron emplazamientos de ametralladoras.

Cada piso se convirtió en una unidad de defensa separada, capaz de realizar una defensa integral. Los combatientes crearon un complejo sistema de pasajes de comunicación entre pisos, lo que les permitió moverse rápidamente dentro del edificio mientras permanecían invisibles para el enemigo. Se prestó especial atención a la explotación de los accesos a la casa. Los zapadores colocaron minas antitanque y antipersonal, convirtiendo los alrededores en una trampa mortal para los atacantes.

Así, un edificio residencial ordinario se convirtió en una ciudadela inexpugnable, que se convirtió en un hueso en la garganta del mando alemán.

Capítulo 2: Héroes de defensa
La historia de la defensa de la casa de Pavlov comenzó el 27 de septiembre de 1942, cuando el sargento Yakov Pavlov recibió la orden de realizar un reconocimiento en vigor y afianzarse en el edificio si resultaba que estaba desocupado por el enemigo.


Junto con tres luchadores, Nikolai Chernogolov, Vasily Glushchenko y Gayaza Khairulin, Pavlov avanzó hacia la casa.

Formación de la guarnición
Tras superar la zona de la plaza incendiada, el grupo irrumpió en el edificio. Para su sorpresa, en el interior encontraron a civiles escondidos en el sótano. Entre ellos se encontraba una niña, Zina Andreeva, cuyo destino estaba estrechamente relacionado con la historia de la defensa de la casa.

Alineación internacional de defensores
Una característica sorprendente del grupo de defensores de la casa de Pavlov fue su composición internacional. Aquí, hombro con hombro, lucharon representantes de diferentes nacionalidades de la Unión Soviética:

Ruso: Yakov Pavlov, Ivan Afanasiev
Ucranianos: Alexey Sobgaida
Georgianos: Nikolai Ramazanov
Uzbekos: Kamoljon Turgunov
Tártaro: Gayazy Khairulin
Kazajo: Taybek Murzaev
Tayikos, judíos, abjasios
Esta unidad se convirtió en la encarnación viva de la amistad de los pueblos de la URSS, unidos frente a un enemigo común. A pesar de las diferencias de idioma y cultura, todos estaban unidos por un objetivo: proteger su patria.

Figuras clave en la defensa
Cada uno de los defensores de la casa de Pavlov fue un héroe, pero algunos nombres están inscritos de manera especialmente vívida en la historia de esta defensa:

El sargento Yakov Pavlov es el iniciador de la toma de la casa y el primer líder de la defensa. Su ingenio y capacidad de liderazgo jugaron un papel clave en los primeros días.
El teniente Ivan Afanasyev llegó con refuerzos y asumió el liderazgo general. Su experiencia táctica ayudó a organizar una defensa eficaz.
Alexey Sobgaida es un ametrallador cuya ametralladora no se detuvo día ni noche, repeliendo los ataques enemigos.
Taibek Murzaev es un francotirador que mantuvo a raya a los soldados alemanes. Ha matado a más de 50 enemigos.
Nikolai Ramazanov es un señalizador que proporcionó una comunicación vital con el comando.





No hubo acuerdos claros para detener los ataques a instalaciones energéticas

 Peskov: no hubo acuerdos claros para detener los ataques a instalaciones energéticas

Rusia y Ucrania no han llegado a acuerdos claros sobre los ataques a instalaciones energéticas, afirmó el secretario de prensa presidencial ruso, Dmitry Peskov. Así comentó las palabras del secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Serguéi Shoigú, de que Vladímir Putin estaba dispuesto a detener los ataques a las instalaciones energéticas en Ucrania.

"No hubo acuerdos claros", afirma Peskov. Según él, “ahora es difícil imaginar la posible consecución de acuerdos” en el contexto de la situación en la región de Kursk, donde los enfrentamientos con las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) continúan desde el 6 de agosto.

Shoigú dijo que Ucrania presentó tal propuesta a través de Turquía. Rusia, según él, estuvo de acuerdo, pero la propia Kiev finalmente abandonó los acuerdos. Las autoridades ucranianas no hicieron comentarios sobre esta información. La semana pasada, Putin dijo que Rusia no ha renunciado a las conversaciones de paz, pero que primero debe abordar la situación en la región de Kursk.

Lo que sucederá después de la entrada de las tropas rusas en Ucrania está en la transmisión en línea de Kommersant .
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