viernes, 6 de marzo de 2020

La Constitución rusa continúa.

El trabajo de elaboración de los cambios en la Constitución rusa continúa. El pasado 2 de marzo el presidente ruso, Vladímir Putin, presentó en la Cámara Baja del Parlamento el proyecto de las enmiendas relacionadas con el matrimonio heterosexual, la fe en Dios y otras.

El jefe de Estado anunció su intención de introducir enmiendas en la Carta Magna rusa el pasado 10 de enero. Ya se discutió en otra ocasión la posibilidad de ampliar las autoridades del Parlamento ruso —compuesto de dos cámaras, la Cámara Baja o la Duma Estatal y la Cámara Alta o Consejo de la Federación—, dar prioridad a la legislación rusa ante la internacional, aumentar el papel de los gobernadores de las regiones rusas en la toma de decisiones a nivel local, y fijar el estatus del Consejo Estatal como un organismo público.


El mandatario ruso presentó sus primeras ideas durante su discurso ante la Asamblea Federal —el nombre del Parlamento ruso— el pasado 15 enero. Cinco días después, el proyecto de las enmiendas se presentó en la Duma Estatal y el 23 de enero de 2020 lo aprobó el organismo legislativo en la primera lectura. Esta es seguramente una clara señal del apoyo parlamentario a las propuestas de Putin. No cabe duda de que la Asamblea Federal vota a favor de otras enmiendas sugeridas por el presidente.
Entretanto, el trabajo sobre las nuevas enmiendas prosiguió. El presidente ofreció enmendar la Carta Magna con artículos que están relacionados directamente con la institución de la familia, la religión y el papel del pueblo ruso en la formación del Estado ruso. Algunas de ellas pueden ser percibidas de manera incorrecta si están fuera de contexto, por lo cual, requieren aclaración.


La fe en Dios y los ideales de los antepasados
Una de las propuestas clave sugeridas por el presidente ruso es la mención de Dios en la Carta Magna. El primero en proponerlo fue el patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kiril. Putin tomó su propuesta en consideración, la idea le gustó y la incluyó en la lista de las nuevas enmiendas. Sin embargo, esta propuesta puede parecer controvertida para algunos ciudadanos rusos porque en el país euroasiático hay ateos y practicantes de religiones que tienen otra visión y entendimiento de Dios.

Por ejemplo, el presidente del Consejo de los muftíes de Rusia, Ravil Gainutdín, por su parte, recordó que cada tradición religiosa tiene su propia interpretación de la palabra Dios. Además, agregó que es importante evitar que dichas diferencias se conviertan en la manzana de la discordia entre los seguidores de ciertas religiones. "Cualquier cambio de la ley básica tiene que estar dirigido a consolidar y no dividir a los ciudadanos de Rusia, por lo cual, tiene que estar bien planteado", proclamó el clérigo.

El Kremlin, a su vez, ya prometió que aclarará esta cláusula particular antes de la votación sobre las enmiendas que está programada para el 22 de abril.
Nuevo orden político: las claves para entender la reforma constitucional de Putin
El vocero del presidente, Dmitri Peskov, también señaló que la inclusión de la mención sobre Dios en la Constitución no significa que la Federación de Rusia deje de ser un Estado laico. El artículo sobre Dios es en cierta medida un indicio de respeto a la mayoría de la población del país que cree en la existencia de una fuerza mayor. Asimismo, este no debe preocupar a los que no crean en Dios o tengan otra percepción de una entidad divina porque la nueva enmienda no obliga ni prohíbe nada a nadie.

En particular, el artículo, según leyó el presidente de la Duma en una reunión plenaria, Viacheslav Volodin, dice que "la Federación de Rusia, unida por su historia milenaria, conserva el recuerdo de los antepasados que nos han legado sus ideales y la fe en Dios". Según aclaró Peskov, se trata de los antepasados de la población entera del país. A juzgar por el resto de las propuestas, se puede deducir que los ideales de los antepasados tienen que ver con los valores tradicionales de los pueblos de Rusia.

El matrimonio heterosexual
Teniendo en cuenta que hasta el día de hoy la mayoría de la población rusa es partidaria de los valores tradicionales, no es ninguna sorpresa que el mandatario ruso propusiera añadir a la Carta Magna una definición sobre el matrimonio como "la unión entre un hombre y una mujer". A lo largo de su presidencia Putin ha abogado consistentemente por la preservación de las relaciones heterosexuales como la base del matrimonio en Rusia.

En particular, en 2013 en Rusia fue aprobada la ley que introdujo una responsabilidad penal por la propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales, que pasó a ser conocida con la prohibición de la propaganda homosexual.

Una ley parecida existió en la URSS, pero fue abolida en 1993 y a partir de entonces hubo varios intentos de volver a introducir esta ley tanto a nivel regional como federal. En otras palabras, la mayor parte de la población, el 75% —según la encuesta de 2018 de Wciom—, no ve bien las relaciones homosexuales.
Pero no es algo que se refiera solo a Rusia, es algo común y existe incluso en siete estados de EEUU donde la propaganda de las relaciones homosexuales no es bienvenida o incluso está proscrita. Además, el matrimonio homosexual está prohibido incluso en algunos países de Europa del Este a nivel constitucional, por eso el caso de Rusia no es nada excepcional.
En resumidas cuentas, el Estado ruso no persigue a los homosexuales de ninguna manera, sino al revés, estas personas tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos. Simplemente no se permite el matrimonio entre dos personas del mismo sexo porque la mayor parte de la población respeta los valores tradicionales, lo que en cierta medida está relacionado con cuestiones religiosas.

Teniendo en cuenta la diversidad religiosa del país es prácticamente imposible dar luz verde a los matrimonios de este tipo. Las minorías simplemente no lo aceptarían.






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