lunes, 25 de marzo de 2013

Niños de la guerra en Moscú

El Centro Español de Moscú, sede cultural y punto de encuentro de los más de 3.000 menores que partieron hacia Rusia entre 1937 y 1939, debe pagar 9.000 euros antes de abril para evitar el cierre tras perder las ayudas económicas del Estado español. “El Centro es como nuestra madre”, señala Mansilla, presidente de la institución


La mayoría llegaron en barco a Leningrado en el verano 1937. Eran alrededor de 3.000 niños entre 2 y 16 años. El viaje a la Unión Soviética no debía ser para ellos más que unas breves vacaciones para escapar de la Guerra Civil española, tal y como les contaron sus padres. Salieron, principalmente, de Euskadi, Asturias y Valencia. Las 'vacaciones', sin embargo, se prolongaron un mínimo de dos décadas más de lo esperado. Algunos nunca regresaron y crearon una nueva vida en la URSS. Ahora, los cerca de 120 'niños de la guerra' que permanecen en Rusia deben afrontar un pago de 9.000 euros para evitar el cierre del Centro Español de Moscú, punto de encuentro desde 1965 de estas ya octogenarias víctimas de la Guerra. El Estado español que retiró las ayudas en 2010, de momento, no responde.


“Si nos quitan el centro desaparecemos de la faz de Rusia. Es como nuestra madre”, explica Francisco Mansilla, presidente del centro, a Público.

La comunidad española de 'niños de la guerra' fue la única familia para la mayoría de ellos y el Centro Español de Moscú, antigua sede del PCE reconvertida en centro cultural en 1965, su último suelo patrio. El único rincón de toda la Unión Soviética donde el español era la lengua oficial, el flamenco la música por excelencia y el dominó el juego de la sobremesa. Desde su apertura, miles de personas han acudido allí para aprender castellano, conocer a la comunidad española o cursar clases de bailes folclóricos. El Centro Español es una casa para ellos, pero también es una porción de España para todo visitante.

La crisis económica y el paso del tiempo, sin embargo, han acentuado el olvido de las instituciones del Estado español, que han denegado al Centro Español de Moscú toda subvención. "Se olvidaron de nosotros durante 40 años. Después hicieron el amago de hacernos caso. Ahora, parece que nos dejarán morir en el olvido", se lamenta Vicente, que se pregunta si España pedirá perdón alguna vez por “romper” sus familias.

El naufragio económico llegó en 2010 cuando el Imserso denegó la subvención solicitada por el Centro Español. Desde entonces, el Centro está siendo financiando con las exiguas pensiones de 'los niños de la guerra', pero la dinero ya no da para más. En 2012, el lehendakari Patxi López se comprometió a una partida de emergencia de 10.000 € que, finalmente, quedó sin tramitar. Con el cambio de Gobierno en Euskadi, los 'niños de la guerra' solicitaron ayuda al PNV, que les ha recomendado volver a iniciar los trámites legales. Por su parte, el Partido Popular no sabe, no responde.


El tiempo, sin embargo, juega en su contra. En abril, el Centro Español debe abonar el alquiler de un nuevo trimestre, alrededor de 9.000 euros contando los gastos generales de luz, teléfono y mantenimiento. De lo contrario, no tendrá más alternativa que echar el cierre al local y con él una parte fundamental de la memoria de España.

Sin billete de vuelta
La larga travesía hacia el olvido de estos españoles en perpetuo exilio comenzó en 1937. Los más de 3.000 menores que llegaron a Rusia huyendo de la Guerra Civil fueron alojados en las llamadas 'Casas de niños españoles', residencias donde recibían educación y alimentos. La Unión Soviética procuró una carrera universitaria al que deseara estudiar y un oficio industrial a los que preferían trabajar desde temprano. A pesar de las circunstancias, muchos de ellos reconocen haber sido unos privilegiados por el trato recibido de las autoridades soviéticas, sobre todo si se comparan con los derechos del pueblo ruso.


Sin embargo, la tragedia iba por dentro: su vida era un exilio sin retorno. En España, sus padres dieron por muertos a muchos de ellos y en la URSS los niños crecían olvidando por segundos el rostro de la madre que los despidió llorando en un puerto bajo el estruendo de las bombas. En su memoria se entremezclan las imágenes de destrucción, hambre, bombas incendiarias y eternos viajes de huida en barco y tren.

Han vivido la Guerra Civil cuando aún eran demasiado pequeños para entender qué estaba ocurriendo, pero también padecieron el horror de la II Guerra Mundial. Muchos de ellos, a pesar de su corta edad, tuvieron que trabajar en la construcción de aviones y armamento militar en la Unión Soviética. Se trataba de derrocar al fascismo, y la victoria de la URSS también les acercaría a su victoria personal: regresar a casa junto a papá y a mamá.

La guerra finalizó, pero su victoria no llegó y tuvieron que permanecer en 'el país del proletariado' hasta, como mínimo, la década de los 50 y 60.



Francisco Mansilla. 87 años. Moscú
Francisco Mansilla es el presidente del Centro Español de Moscú. Su vida está ligada a la ciudad rusa desde los 11 años hasta el final de sus días, asegura. Ya no volverá a España. “Estoy mayor para aviones y la edad no se cura”. A pesar de ello, mantiene un perfecto castellano sin acento. Se muestra orgulloso de ello. “No nos paso como a los exiliados franceses que hablan un español raro”, bromea Mansilla que asegura que la razón de conservarlo es el Centro Español de Moscú.  "El centro es el principal artífice de que los españoles hayamos sobrevivido todos juntos. Aquí tenemos nuestras reuniones, bailes, fiestas, etc. El centro es como nuestra madre. Sin él nos perdemos. Seríamos islas dentro de Rusia”, afirma.

La vida de Mansilla refleja la dureza de una época en la que comer a diario era cosa de clases sociales. Con 10 años fue internado en un centro de menores en Madrid. Era el mayor de cinco hermanos y su familia no podía alimentarlos a todos. Su madre tuvo que elegir y Francisco era el mayor. No obstante, en el centro de Madrid estuvo apenas unos meses. En octubre de 1936 el ejército de Franco se aproximaba a Madrid y los niños fueron trasladados a Gandía (Valencia), donde Francisco guarda uno de sus mejores recuerdos de la infancia: la guerra de naranjas con el resto de niños. Allí, “un señor ruso” preguntó quién quería ir a la Unión Soviética. Él levantó la mano. “Francisco, te vas al paraíso del proletariado”, le decía su padre. “Lo que él no sabía es que aquello era el infierno del proletariado”, asegura.

Mansilla sólo ha regresado a España como turista. En la Unión Soviética terminó sus estudios como Ingeniero agrónomo, se casó con una mujer rusa  y tuvo un hijo, que también vive en Moscú. Cuando pudo regresar a España en 1956 sus suegros enfermaron de gravedad y decidió quedarse allí para cuidar de ellos. “En Rusia, siendo extranjero, mucha gente pensaba que eras agente de la CIA. Ellos me ayudaron enormemente y cuando enfermaron yo no podía olvidar lo que habían hecho por mi. Era un crimen marcharme”, asegura.


Araceli Ruiz. 88 años. Gijón.
La vida de Araceli podría protagonizar cualquier película de Hollywood. La recita de carrerilla. Con fechas, calles y compañeros de batalla. Cuando apenas tenía 15 años recorrió media Unión Soviética huyendo de la guerra, se licenció por partida doble como ingeniera técnica de Construcción de Puentes y Carreteras y licenciada en Economía y trabajó como soldadora de aviones soviéticos durante la guerra; como capataz de un batallón encargado de reconstruir la Plaza Roja y alrededores; como traductora de soldados soviéticos en Cuba durante cinco años (1961-1966) donde conoció a los Castro y al Che Guevara; en el ministerio de Economía soviético y en el Comité Estatal de Radio y Televisión donde transmitían para America Latina.

En 1980, regresó a España junto a sus dos hijas. Tenía 56 años. Poco le sirvieron entonces sus dos carreras y su dilatada experiencia profesional. El único trabajo que pudo ejercer fue de empleada de hogar. “Se juntaron dos factores: era mujer y mi experiencia académica y profesional era soviética. No me querían en ningún lado”, asegura. Su vida, dice, ha sido una continúa lucha. “No me han dejado otra salida. Ahora con 88 años me gustaría descansar pero tengo que seguir luchando por mis nietos y por el Centro Español de Moscú”, confiesa. La batalla de Araceli arrancó en septiembre de 1937 cuando con 13 años embarcó en un navio de carga francés junto a sus cuatro hermanas y más de 1.000 niños asturianos con destino a Leningrado. La acogida -recuerda- fue fantástica. “Nos recibió casi todo el pueblo. Había banderas de la República y pancartas que decían: "Bienvenidos niños del heroico pueblo español”, rememora.


En Rusia conoció a su marido, también asturiano, quien falleció en 1975, meses antes de la muerte de Franco. “Cuando estaba ingresado en el hospital ya muy malito él se preguntaba si viviría lo suficiente para ver la muerte de Franco. No le dio tiempo”, se lamenta Araceli. No fue hasta 1964 cuando se reencontró con sus padres en Cuba y gracias a la intermediación del entonces ministro de Industria, Ernesto Guevara, el 'Che'. Hasta entonces, el único contacto que había mantenido era a través de cartas que viajaban de Moscú a Brasil, después a Argentina y a España. La hermana de Araceli, Cocha, trabajaba en aquel entonces en el ministerio en La Habana . Guevara, sorprendido por su origen español, le preguntó por su historia. “Galleguita, ¿qué hacés acá?, le preguntó.

Conmocionado tras conocer la historia de la familia de Araceli, Guevara movió los papeles pertinentes para permitir que los padres de Araceli viajaran a la isla durante cuatro meses. “Guevara era una persona magnífica. La mejor de todas. Fidel (Castro) es un grandísimo orador y desprendía carisma. Sin embargo, Raúl (Castro) era mucho más serio y reacio a toda relación”, recuerda. Su vida, asegura, ha estado guiada por un refrán ruso: 'Debajo de una piedra asentada no pasa el agua. Hay que levantar la piedra, dice el refrán. Mi vida ha sido un continuo levantar piedras”, concluye.


Manuel Arce. 84 años. Madrid
Manuel Arce es cirujano especialista en neurorradiología. Desde su señorial casa en Paseo de la Castellana recuerda cómo su madre, sola al cargo de tres niños mientras su marido batallaba en la guerra, había oído que se estaba preparando una expedición de niños a la Unión Soviética “para tres o cuatro meses”, hasta que terminara la guerra. “Nadie, ninguna madre pudo imaginar jamás que la separación iba a durar 20, 30 años o más, o que, en el peor de los casos, no iba a ver a sus hijos jamás”, asegura. En su caso, la separación duró dos décadas.

Manuel viajó en el mismo barco que Araceli, el 'Habana', embarcación que fue perseguida por el buque de la armada franquista 'Almirante Cervera' hasta que consiguió llegar a aguas internacionales. Allí los recogió el 'Sontay', un buque mercante con tripulación rusa y china. El 22 de junio de 1937 llegaron Leningrado. Justo cuatro años después, comenzaría la II Guerra Mundial. Manuel recuerda su estancia en la Casa de niños nº 5 en Óbnisnkoye y los ensayos de alarmas aéreas para preparar a los menores ante posibles ataques aéreos.

“Estas alarmas aéreas fueron como un juego hasta que un día nos bombardearon de verdad. La primera bomba que cayó cerca del bloque donde vivíamos me pilló durmiendo en mi cama, ya que aquel día no hice caso de la alarma pensando que era un ensayo más”, recuerda. La guerra, como para el resto de niños, fue para Manuel un éxodo continuo. Desde Óbnisnkoye a Básel, Alexéyevka y Orlovskóye en la región de Sarátov en el Volga, y finalmente a Najábino, nuevamente cerca de Moscú. Pero no fue en la guerra donde sufrió su mayor accidente. En 1943, de camino al trabajo el tranvía en el que viajaba descarriló y perdió las dos piernas.

Su vida, como la de otros tantos, transcurrió de casa en casa de niños españoles hasta la edad de estudiar. Primero fue técnico de radio y después ingresó en la Universidad de Medicina. En 1956, cuando estaba en tercer curso, se permitió el regreso por cupos de los 'niños de la guerra'. Manuel regresó en la tercera expedición. Pero no tardó en retornar. Apenas un año después y burlando los controles fronterizos volvió a Rusia para finalizar la carrera de medicina y especializarse en neurorradiología.

Finalmente, el 1 de marzo de 1966 regresó a España donde solamente había dos médicos de su especialidad. Trabajó para el Hospital La Paz, se licenció en Odontología y abrió una empresa para la comercialización de productos en Rusia. No obstante, la actividad más preciada fue la creación de la 'Fundación Nostalgia', de la que es presidente y mediante la cual consiguió una pensión para los 'niños de la guerra' que aún permanecen en Rusia y un viaje gratis al año a España con el Imserso (privilegio que también han perdido).

Vicente Ramos

A sus 82 años, Vicente Ramos (el segundo comenzando por la derecha) sigue recordando a diario la figura de su padre, minero del valle de Somorrostro, y de su madre. De hecho, su fotografía preside el salón de su casa en Basauri (Euskadi). La primera vez que les vio, “con pleno uso de razón”, fue en 1957 cuando Vicente ya había cumplido los 26 años. Fue en un hostal de Hendaya que regentaba Dolores, una mujer española. Apenas pasaron dos semanas juntos. Allí pudo conocer a dos hermanos que nacieron después de su partida. El hermano que partió con él hacia la Unión Soviética murió durante la II Guerra Mundial.

Vicente tenía seis años recién cumplidos cuando embarcó en el 'Habana' con destino a Leningrado. Del largo viaje apenas recuerda algunas escenas como los interminables juegos con el resto de chavales de la expedición. Vicente, afirma, no era consciente de la tragedia que estaba viviendo su familia en ese momento. Vivía tranquilo porque su hermano le protegía. Poco tiempo después, cuando él tenía 10 años, su hermano murió y, entonces, se hizo mayor de repente. Estaba solo en la Unión Soviética.

En el país socialista Vicente finalizó sus estudios como ingeniero agrónomo, primero, e ingeniero de Obras Públicas, después. Mientras habla en un perfecto español se escucha una voz femenina inteligible de fondo. Vicente responde en ruso. “Es mi mujer. En casa siempre hemos hablado en ruso ya sea aquí o en Rusia”, asegura. Con ella, Vicente ha tenido dos hijos. El mayor vive en Catalunya, la pequeña sigue en Rusia donde ha formado familia. “Esta es la tragedia de mi familia. Siempre hemos estado divididos”, reconoce.

Vicente retornó definitivamente a España en la década de los 90. Antes, en los 60, lo intentó junto a su mujer, embarazada de su hija, y con su hijo siendo un niño. “Fue imposible adaptarse”, reconoce. “Las diferencias culturales eran casi insalvables. Más allá de que no reconocían mis estudios, la vida era muy diferente. Simplemente un detalle sirve para explicarlo. A mis padres tenía que llamarlos de usted. En la Unión Soviética ya no se llevaba eso”, señala.

Fuente: publico.es







viernes, 15 de marzo de 2013

El gran tanque ruso Lebedenk 1914-1915

Fué llamado "Царь- танк" o "Tank Lebedenk", " Rey - Tank ", también llamado" Bat "(vampiro). . El tanque prototipo de prueba rusa. 1914-1915. No pudo despegar debido a su gran peso y bajo consumo. Fué el primer tanque que se empezó a diseñar.

Su historia comienza en 1914. El ingeniero Lebedenko, propuso la idea de luchar contra una máquina de 40 toneladas, los dibujos originales del chasis de dos pequeñas y dos ruedas de radios muy grandes, casi 9 pies de diámetro. Su diseñador espera que esta configuración permitiera que el tanque de cruzara prácticamente todos los obstáculos. Sin embargo, a principios de probar pequeñas ruedas se atascó en una zanja, y los motores débiles no podían salir de los tanques "trampas". Es curioso su diseño












martes, 12 de marzo de 2013

Nikolai Rimsky - Korsakov


El 18 de Marzo de 1844 nació en Tijvin, Novgorod - el compositor, director de orquesta y pedagogo ruso - miembro del conjunto de compositores conocido como “el grupo de Los Cinco”, Nikolai Rimsky-Korsakov. El creía firmemente en el desarrollo de un estilo nacionalista de música clásica, al igual que su colega compositor Mili Balákirev o el crítico Vladímir Stásov. Este estilo emplea canciones populares tradicionales rusas así como elementos armónicos, melódicos y rítmicos exóticos, práctica conocida como orientalismo musical, absteniéndose del empleo de los métodos compositivos tradicionales occidentales.

Proveniente de una distinguida familia de militares y marinos, ingresó a la Escuela de Cadetes Navales en 1856, aunque había demostrado aptitudes musicales desde niño. Durante los seis años que permaneció en la escuela continuó su contacto con la música, recibiendo lecciones de piano, asistiendo a la ópera y admirando crecientemente a la orquesta. El último profesor de música de Nikolai fue Theodore Canille quien le adentró en el mundo de los compositores alemanes, desde Johann Sebastian Bach a Robert Schumann, además de mostrarle la música del polaco Fryderyk Chopin y contactarle en 1861 con tres jóvenes rusos, César Cui, Mili Balakirev y Modest Mussorgsky. Balakirev se convirtió, desde entonces, en una influencia determinante en la formación musical de Rimsky-Korsakovy quien lo impulsó a concretar algunas composiciones, entre ellas una sinfonía, obra que no pudo concluir por tener que embarcarse en un viaje de instrucción naviera por el mundo.


Tras su retorno, en mayo de 1865, Nikolai Rimsky-Korsakov completó la “1ª Sinfonía en Mi menor Opus 1” Mov. Andante (Boris Khaikin, dir. & Moscow Radio Symphony Orchestra) y permitió que fuera estrenada en diciembre del mismo año en la llamada Escuela Libre de Música, un círculo de artistas cuya asociación fundó en San Petersburgo Balakirev, mientras Nikolai estaba de viaje.
La sinfonía, que Cui aclamaría como “la primera sinfonía verdaderamente rusa”, fue revisada dos décadas después por el propio compositor, quien entonces la consideró escrita bajo una completa ignorancia de las técnicas sinfónicas. Gracias a que sus deberes en la marina le ocupaban solamente parte del día, Rimsky-Korsakov tuvo tiempo para componer y también para cultivar una vida social dentro del círculo que incluía a compositores como Aleksandr Borodin, Dargomizhsky y la cantante Sofía Zotova. Para ésta cantante, Nikolai escribió las canciones Opus 2, 3 y 4, las que fueron seguidas por una nueva obra orquestal, la "Obertura sobre Temas Rusos" modelada según los ejemplos similares de Balakirev y que se estrenó en Diciembre de 1866 en la Escuela Libre de Música.


Nikolai inició la creación de una sinfonía programática basada en un cuento oriental de Osip Senkovsky. La obra se tituló "Antar" 1/4, 2/4, 3/4, 4/4 (Dir. Neeme Jarvi) y, como tantas otras del período inicial del marino compositor, fue reorquestada y drásticamente revisada en años posteriores.
"Antar" consagra la fascinación que siempre tuvo Rimsky-Korsakov por Oriente: una fascinación cultural que compartió con el Grupo de los Cinco. Y a la vez, recoge el principio cíclico de las obras de Héctor-Louis Berlioz y la transformación temática de Franz Liszt; sin embargo -como reconocería el propio Nikolai hacia el final de su vida- la ambiciosa composición llena de acordes orientales quedó más parecido a una suite o poema tonal que a una sinfonía. Tras completar la primera versión de "Antar", Rimsky-Korsakov comenzó a componer la ópera "La Dama de Pskov" (Yevgeny Svetlanov, dir. USSR Bolshoi Theater Orchestra) basada en un drama histórico de Lev Mey.

Al poco tiempo, su amigo Modest Mussorgsky iniciaba la ópera "Boris Godunov" y, durante el invierno de 1871 a 1872, ambos compartieron una habitación y trabajaron en sus óperas en el mismo escritorio y piano, uno en la mañana y el otro por la tarde. Ese mismo año -y a pesar de una sorprendente ignorancia de técnicas elementales- Nikolai Rimsky-Korsakov aceptó un cargo en el Conservatorio de San Petersburgo como profesor de composición práctica e instrumentación en 1871.


Nikolai se casó con Nadezhda Purgold, una dotada pianista cuya enseñanza musical era mucho más completa y que, eventualmente, sería la responsable de todos los arreglos para piano que se publicaron no sólo de su marido, sino también de algunos colegas. La infuencia musical de Nadezhda sobre Rimsky-Korsakov fue tanta como la de Clara sobre Robert Schumann pero fue, igualmente, ignorada por un mundo musical sumamente machista y misógino que impedía que la mujer sobresaliera en las artes durante el Siglo XIX.

Según confesó en su autobiografía, en esa época Nikolai ni siquiera podía armonizar decentemente una coral y, entendiendo que necesitaba manejar de manera más segura la armonía, el contrapunto y la orquestación, se abocó al estudio privado de tales materias; tales arduos estudios transformaron musicalmente a Rimsky-Korsakov conmsiguiendo ser el verdadero músico profesional del grupo que dominaba Balakirev.

En 1872, la música rusa no sólo era admirada a lo largo y ancho del Imperio Ruso, también era ya muy apreciada por Europa y la obras de Nikolai Rimsky-Korsakov llamaron mucho la atención por su especial riqueza orquestal.

Gracias a la valiosísima asesoría musical de su esposa, Rimsky-Korsakov quiso demostrar la adquisición de nuevas herramientas y técnicas musicales y compuso la “3ª Sinfonía en Do mayor Opus 32” Mov. 1 (YAO & dir. Gary A. Robinson) preocupado, principalmente, en abordar pulcramente materias musicales estructurales y del contrapunto. Definitivamente, Rimksky-Korsakov sobresalía del “Grupo de los Cinco” que lideraba Mili Balakirev: tal era el talento de Nikolai que sus obras desvirtuaban las de sus amigos hasta el punto que la gente se refería a ellos como el Grupo de Nikolai, lo que a la larga le causó varios conflictos con Balakirev.

Esta versión original fue estrenada en 1874 y mientras César Cui alabó esta nueva faceta de su colega, el naciente y brillante compositor ruso Pyotr I. Tchaikovsky consideró que la obra sufría de exceso de técnica y carencia de calidad en las ideas, a pesar del éxito que tuvo su excelente orquestación y las combinaciones armónicas hechas por Nikolai. Las críticas de Tchaikovsky -unidas a la propia autocrítica perfeccionista del marino compositor- llevaron a Nikolai a revisar y producir una segunda versión de la obra, que fue completada en 1886.

La crítica de Tchaikovsky a las obras de Rimsky-Korsakov por tener -a veces en demasía- detalles técnicos irrelevantes que ahogaban la emotividad de la composición, llevó a un verdadero choque de talentos entre el respetadísimo maestro Nikolai y el musicalmente audaz Pyotr que nunca fue resuelta: Nikolai Rimsky-Korsakov siempre señaló a Tchaikovsky como un compositor demasiado "europeo" y poco "ruso"; por ello, Nikolai procuraba hablar poco de Pyotr y nunca lo invitó a formar parte del selecto club de compositores netamente rusos.
Sin embargo, pese al prestigio académico de Rimsky-Korsakov, fue el vulgo ruso quien se identificó más con las obras de Tchaikovsky que con cualquier obra del “Grupo de los Cinco”, una manifestación cultural del pueblo ruso que frustró de por vida a Nikolai.

Tras el estreno de "La Dama de Pskov" (Yevgeny Svetlanov, dir. & USSR Bolshoi Theater Orchestra) en el Teatro Marinsky en Enero de 1873, Nikolai Rimsky-Korsakov aceptó un puesto creado especialmente para él por el Ministro de Marina, Inspector de Bandas Navales, lo que se tradujo en un período de inactividad creativa para dedicarse por completo al estudio práctico de los diversos instrumentos, su mecanismo y técnica, además aprendió de manera autodidacta armonía y contrapunto.
A toda esta labor se sumó en 1875 la dirección de los conciertos de la Escuela Libre, una labor de recopilación de música folclórica rusa y una colaboración con Balakirev y Liadov en la edición de las óperas de Mikhail Glinka.

Un producto inmediato de este contacto con la música folclórica y la transparente orquestación de Glinka, fue el reencuentro de Rimsky-Korsakov con la creación, ya que comenzó a escribir una ópera armónica y orquestalmente modelada en el estilo del fundacional Glinka. Esta obra fue "La Noche de Mayo". Obertura (Vladimir Fedoseyev,dir.); "Aria de Levko" (Konstantin Lisovksy - tenor & dir. Vladimir Fedoseyev) y se basó en una historia corta de Gogol sobre la vida campesina en Ucrania, un personaje que tanto Modest Mussorgsky como Pyotr I. Tchaikovsky ya habían empleado, y fue el primer ensayo en revelar a Nikolai que la mezcla de lo cómico y lo fantástico era el mejor camino para lograr éxito. La partitura completa fue escrita en ocho meses y se produjo en el Marinsky en Enero de 1880 con la voz de Fyodor Stravinsky como protagonista.

Inmediatamente después de producida "La Noche de Mayo", Rimsky-Korsakov comenzó a trabajar en otra ópera, "La Doncella de Nieve" – “Escena de la muerte”, (Anna Netrebko, soprano & Chorus of the Mariinsky Theatre, Orchestra of the Mariinsky Theatre) que se basó en la misma obra de Ostrovsky para la cual Tchaikovsky había escrito música incidental.

Ostrovsky otorgó el permiso para adaptar el libreto y la ópera quedó lista en Abril de 1881, siendo estrenada en Febrero de 1882: su pieza orquestal más famosa es "La Danza de los Acróbatas" (Orquesta Filarmónica de Londres, dir. Albert Coates). Después Rimsky-Korsakov dejó de componer durante dos años y a ello se sumó la muerte de Modest Mussorgsky, quien falleció en Marzo de 1881 por lo que Nikolai se propuso la colosal labor de poner en orden los manuscritos de su amigo y así prepararlos para su publicación. Esta labor se tradujo en la "corrección" de los que, según él, eran errores técnicos de Mussorgsky, así como una "mejora" en las melodías y la escritura de las partes.

Otras actividades que le quitaron a Nikolai tiempo para componer fueron la dirección de la Escuela Libre de Música y la asistencia a Balakirev en la dirección musical de la capilla imperial, dos actividades que además le adentraron en otro círculo social. A pesar de realizar tantas tareas, Nikolai no dudó en completar y orquestar la ópera "El Príncipe Igor" que quedó inconclusa con la muerte de Aleksandr Borodin en Febrero de 1877 aunque, ésta vez, fue asistido por Aleksandr Glazunov.

Teniendo escaso tiempo para componer, en la década de 1880 no surgieron nuevas obras de la pluma de Nikolai Rimsky-Korsakov y esos silencios fueron acaparados en todo el mundo occidental por Pyotr I. Tchaikovsky, el contemporáneo que más incomodaba a Nikolai.
Entre 1880 y 1890, la ocupaciones académicas y los compromisos de completar la obras inconclusas de Aleksandr Borodin y de su entrañable amigo Modest Mussorgsky lo habían desplazado de toda presencia en el escenario musical ruso. La excepción al silencio casi impuesto por la avalancha de responsabilidades académica la marcaron el “Concierto para Piano y Orquesta en Do sostenido menor, Op. 30” (Sviatoslav Richter-piano, Moscow Youth Orchestra & dir. Kirill Kondrashin), revisiones de sus sinfonías y un poco de música litúrgica. Solamente en 1886 apareció una partitura nueva, la "Fantasía sobre Temas Rusos para Violín y Orquesta" (Lydia Mordkovitch, violín, Neeme Jarvi, dir. & Royal Scottich National Orchestra).

Un año más tarde compuso otra fantasía: el virtuosismo orquestal del "Capricho Español" (Berliner Philarmoniker, Dir. Zubin Mehta) que consta de cinco movimientos:
1) Alborada, es un baile festivo que celebra la salida del sol. 2) Variazioni (Variaciones). Comienza con una melodía de las trompas y posteriormente desarrolla diversas variaciones sobre el tema, con diferentes instrumentos y secciones de la orquesta asumiendo el protagonismo. 3) Alborada. Presenta el mismo tema del primer movimiento de manera casi idéntica, a excepción de cambios en la instrumentación y en la tonalidad. 4) Scena e canto gitano (Escena y canto gitano). Comprende 5 partes cada una con un instrumento solista diferente: las trompas y trompetas, el violín, la flauta, el clarinete y el arpa. Estas partes para solistas interpretan la melodía sobre un fondo rítmico a cargo de diversos instrumentos de percusión. 5) Fandango asturiano, es un baile vivo de Asturias. La pieza finaliza con una reaparición, más enérgica que nunca, del tema de la Alborada.

Posteriormente compuso la"Suite Sinfónica "Scheherazade" Op.35 basada en Las mil y una noches, esta obra orquestal combina dos características comunes a la música rusa: una deslumbrante y colorida orquestación y un interés por el Oriente, muy destacado en la historia de la Rusia Imperial. La suite está dividida en cuatro movimientos.


El mismo compositor reconoció que estas obras cerraban un período creativo al final del cual la orquestación había obtenido un considerable grado de virtuosidad y brillantez sonora, sin caer bajo la influencia total del orquestador más innovador de aquellos días, el compositor alemán Richard Wagner, y limitándose a la orquesta normal usada por el fundacional de la escuela musical rusa Mikhail Glinka. De hecho fueron sus últimas obras orquestales en esencia, ya que durante los últimos 20 años de su vida escribió solamente suites u otros tipos de arreglos de concierto de sus óperas.



El hecho que impulsó la decisión de dedicarse por completo a la composición de óperas fue la visita a San Petersburgo del Teatro Richard Wagner de Angelo Neumann, compañía itinerante que ofreció cuatro presentaciones de la tetralogía del Anillo de Wagner durante Marzo de 1889 bajo la dirección de Karl Muck. Nikolai asistió a todos los ensayos y quedó fascinado por el manejo orquestal de Richard Wagner. Justo después de ésta experiencia musical, se realizó un concierto para conmemorar el segundo aniversario de la muerte de Aleksandr Borodin y en ésa ocasión se incluyó la contribución que Rimsky-Korsakov había hecho en la reconstrucción de la ópera "Mlada", un proyecto escénico colectivo realizado alrededor de 1871 junto con César Cui, Aleksandr Borodin y Modest Mussorgsky.

Esta interpretación inspiró a Nikolai la composición de una obra basada en la misma temática y la ópera, profundamente influida por el estilo orquestal de Richard Wagner, quedó lista en 1891 y se estrenó -sin mucho éxito- en noviembre de 1892. El escaso éxito de "Mlada" hizo reflexionar -y demasiado- a Nikolai respecto a su futuro como compositor escénico. La depresión se agudizó con las graves enfermedades que afectaron a su esposa y a uno de sus hijos, la muerte de su madre y la de su hijo menor, y el comienzo de la prolongada y eventualmente fatal enfermedad de otro de sus hijos.

Entre 1891 y 1893, Nikolai abandonó la música casi por completo, dejó de tocar piano y dirigir, interrumpió estudios sobre filosofía y estética, todo acompañado por alarmantes síntomas físicos que le llevaron a buscar ayuda médica diversa. Pero no fue la medicina la que alivió finalmente la depresión en la que estaba sumergido Rimsky-Korsakov: un nuevo giro en la vida de Nikolai vino en diciembre de 1893, cuando la muerte de Pyotr I. Tchaikovsky lo motivó a regresar a la composición y aceptó gustoso dirigir un concierto póstumo a la memoria de su incómodo rival. Evidentemente, éste no fue el último concierto en que se interpretaron obras de Tchaikovsky y, finalmente, las obras de Rimsky-Korsakov no llenaron el enorme vacío musical ruso tras el fallecimiento de Pyotr.
A continuación, Nikolai Rimsky-Korsakov volvió de lleno a la composición plagado de nuevas ideas y compuso la Suite "Vísperas de Navidad": I. Christmas Night, II. Ballet de las estrellas, III. El sabbath de las brujas y la cabalgada sobre lomos del diablo, IV. Polonesa, V. Vakula y las zapatillas, (Scottish National Orchestra & dir: Neeme Järvi)

Al poco tiempo pensó en otra ópera, "Sadkó", basada en una antigua leyenda rusa, pero surgieron otros problemas con el teatro imperial y fue gracias al empresario de ferrocarriles Savva Mamontov -un mecenas de la música, la pintura y el teatro ruso- que pudo montar la obra en la llamada Opera Rusa Privada de Moscú, con cantantes como Shalyapin y la soprano Nadezhda Zabela-Vrubel.

El estreno de "Sadko" se realizó en Enero de 1898. En esta ópera destaca la melodía "Canción de la India" (London Smyphony Orchestra) que luego se hizo un éxito mundial en el arreglo radiofónico al estilo jazz-swing  que interpretó Tommy Dorsey y su orquesta en 1936. También sobresale en esta ópera la “Canción del vikingo” (Sergej Kopcak, bajo), cantada con esa voz de bajo profundo tan típica de la música rusa y algunas versiones femeninas de la canción hindú.

Mientras se solucionaban los problemas de producción, tanto de "Vísperas de Navidad" como de "Sadko", Rimsky-Korsakov escribió no menos de cuarenta canciones, así como una ópera miniatura sobre la tragedia de Aleksandr Sergéyevich Pushkin llamada "Mozart y Salieri" (The Chamber Opera Theatre of New York, Thaddeus Motyka, director). Este trabajo musical de Nikolai no es trascendental pero pasó a la historia por difundir el mito de una rivalidad inexistente entre los compositores contemporáneos, de hecho fue Antonio Salieri quien ayudó a Wolfgang Amadeus Mozart en varios apuros financieros y siempre manifestó públicamente su gran admiración por el geniecillo de Salzburgo.

A comienzos de 1898, Rimsky-Korsakov realizó un prólogo para "La Dama de Pskov" y la ópera "La Novia del Zar", cuyas partes más destacables son: el Aria de Marfa (Acto II) (Anna Netrebko, Orchestra of the Mariinsky Theatre & Valery Gergievque) que es la pieza más destacada, y una de las mejores de todo el repertorio ruso, así como la Obertura (Russian National Orchestra & dir, Mikhail Pletnev).

Fue representada por la compañía de Mamontov en Moscú en 1899. Entre las estrellas de la compañía de Mamontov se encontraban el joven Fyodor Shaliapin y la soprano Nadezhda Zabela-Vrubel cuya coloratura operática era muy admirada por el compositor y pensando en ella no sólo escribió "La Novia del Zar", sino que concibió el rol de la Princesa Cisne de su siguiente ópera fantástica, "El Cuento de Zar Saltán" ópera en cuatro actos con un prólogo, siete escenas, con libreto en ruso de Vladímir Belski, basado en el poema homónimo de Aleksandr Pushkin.

Una escena musical de la ópera "El Cuento de Zar Saltán" en cuando el protagonista es transformado en abejorro y esta tonada se hizo mundialmente famoso décadas después, y se le conoce como "El Vuelo del Abejorro" (German Philarmoniker), del que se han realizado numerosísimas transcripciones  (Horowitz & Cziffra) y diversas interpretaciones en versión jazz y rock (Oscar Peterson). En 1903 se estrenó "Pan Voyevoda" Suite: Nocturno un extenso melodrama que recurrió a la música nacional polaca como un tributo a Fryderyk Chopin

Después de esta experiencia, Nikolai retornó a su lado ruso más característico con "La Leyenda de la Ciudad Invisible de Kitezh” (Orchestra e Coro del Teatro Lírico, dir. Alexander Vedernikov). La música refleja la respuesta de Nikolai a las nuevas tendencias artísticas de la poesía simbolista y las visiones musicales apocalípticas de Scriabin, cuya última ópera pudo ver en escena. Antes de terminar la partitura, Korsakov se vio envuelto en los eventos políticos de 1905. El descontento social que desembocó en el sangriento domingo del 22 de enero también se sintió en el conservatorio y Rimsky-Korsakov intentó calmar a los estudiantes, sin embargo, la injusticia social era demasiada en el decadente Imperio de los Romanov y, finalmente, Nikolai apoyó la protesta ciudadana.

Los cinco

Rimsky-Korsakov, Lyadov y Glazunov



En Febrero, Rimsky-Korsakov envió una carta pública a la prensa demandando reformas políticas; esta carta fue firmada por él y otros 25 músicos entre los cuales estaban Sergéi Rachmaninoff, Sergéi Tanéyev, Aleksandr Grechaninov y Fyodr Shaliapin.

En abril de 1905, al ver Nikolai que el conservatorio era vigilado por la policía, publicó una carta abierta al director, ayudó a los estudiantes que protestaban y lanzó un duro ataque a la élite que controlaba la institución. Ése mes fue despedido y, tras una presentación de su música que desembocó en una demostración política en apoyo suyo, sus obras fueron temporalmente prohibidas por el gobierno imperial.

En el verano, Rimsky-Korsakov regresó a su hacienda campestre, continuó escribiendo su autobiografía, realizó un análisis temático de "La Doncella de Nieve" y escribió una parte considerable de su libro de orquestación. También pensó en organizar una escuela privada de música, pero el conservatorio fue reabierto con una constitución más libre, volvieron los profesores despedidos tras el abuso policial ocurrido semanas atras y Aleksandr Glazunov, otrora alumno de Nikolai, fue elegido director, por lo que el viejo músico-almirante retomó sus tareas de compositor y maestro sin censura alguna.

En 1906, Rimsky-Korsakov volvió a trabajar en "Boris Godunov" y en Octubre comenzó a componer "El Gallo de Oro" (Orchestre de Paris & Chorus Mariinsky Theater dir.Kent Nagano), Aria “Himno al sol” (Olga Trifonova, soprano; Kent Nagano dir. & The Orchestre de Paris) basado en un cuento satírico de Aleksandr Sergéyevich Pushkin. Sin embargo, el libreto de "El Gallo de Oro" fue censurado por el Imperio y los últimos cuatro meses de la vida de Rimsky-Korsakov se vieron enturbiados por problemas con la autoridad censuradora ante la incontrolable rebelión civil de una cada vez más grande población de marginados consecuentes de los excesos de la aristocracia rusa. Un problema cardíaco le causaría la muerte al Almirante Nikolai Rimsky-Korsakov el 21 de Junio de 1908, mientras que "El Gallo de Oro" no se estrenó hasta Octubre de 1909.






Pinceladas de la historia. 2º Guerra mundial


La guerra exigió a la gente de un gran esfuerzo y mucho sacrificio a escala nacional, reveló la resistencia y el coraje del pueblo soviético, la capacidad de hacer sacrificios por la libertad y la independencia del país. Durante la guerra, el heroísmo se hizo popular, se convirtió en el estándar de conducta del pueblo soviético. Miles de soldados y oficiales han inmortalizado sus nombres en la defensa de la Fortaleza de Brest, Odessa, Sebastopol, Kiev, San Petersburgo, Novorossiysk, en la batalla de Moscú, Stalingrado, Kursk, en el Cáucaso del Norte, el Dnieper, en las estribaciones de los Cárpatos, en el asalto a Berlín y en otras batallas.

Para hazañas heroicas en la Segunda Guerra Mundial de la Unión Soviética ganó más de 11 millones de personas (parte - a título póstumo), de los cuales 104 - dos, tres - tres veces (Zhukov, Kozhedub y Pokryshkin AI). El primero de esta guerra han sido galardonados con el título de pilotos soviéticos Zhukov MP, SI y PT Zdorovtsev Kharitonov, embistiendo aviones nazis en las cercanías de Leningrado.

Sólo en tiempos de guerra, el Ejército se había planteado más de ocho mil caracteres, incluidos los artilleros 1800, 1142 cisterna, 650 soldados de Ingenieros, más de 290 comunicadores, 93 de defensa aérea guerrero, guerrero del ejército traseras 52, 44 médicos y en la Fuerza Aérea - Más de 2.400 personas, y en la marina de guerra - Más de 500 personas partidarios y combatientes subterráneas de espías soviéticos - 400; fronterizas - más de 150 personas.


Entre los soldados que fueron galardonados con el título de Héroe de la Unión Soviética, las bases, los sargentos, suboficiales - más del 35% de los oficiales - alrededor del 60%, generales, almirantes, los mariscales - más de 380 personas. Entre los héroes de la guerra de la Unión Soviética 87 mujeres. Este título fue otorgado por primera vez Zoya Kosmodemyanskaya (a título póstumo).




Alrededor del 35% de los Héroes de la Unión Soviética en el momento de la concesión del título fueron menores de 30 años, el 28% - de 30 a 40 años, el 9% - más de 40 años.

Cuatro de Héroe de la Unión Soviética: el artillero A. Aleshin, piloto IG Drachenko, comandante de un pelotón de fusileros PH Dubinda, artillero NI Kuznetsov - para combatir la explota también condecorado con la Orden de la Gloria de las tres clases. Completo Caballero de la Orden de la Gloria de tres fueron más de 2.500 personas, entre ellas cuatro mujeres. Durante la guerra, por la valentía y el heroísmo de los defensores de la patria atendido a más de 38 millones de órdenes y medallas. Alta estima hazaña trabajo del pueblo soviético en la parte trasera. Durante la guerra el título de Héroe del Trabajo Socialista, obtuvo las 201 personas, 200 mil se otorgaron órdenes y medallas.






Rompehielos Lenin


Lenin fue el primer buque de superficie propulsado por energía nuclear del mundo. Estaba catalogado como un Rompehielos polar y poseía una pista de aterrizaje de helicópteros a popa. Fue comisionado en 1959 y dado de baja en 1989 Terminado en 1957, el Lenin estaba alimentado por dos reactores nucleares y cuatro turbinas de vapor.


Las cuatro turbinas Kirov prendían
generadores correspondientes conectados a tres sistemas de motores eléctricos y al eje de engranes.

 Los motores eléctricos ponían en movimiento a tres hélices propulsoras (situados dos a los lados y uno en el medio).


 También tenía dos estaciones de energía eléctrica auxiliares autónomas. En el transcurso del invierno de 1966-1967 el Lenin sufrío un accidente con uno de sus reactores, cuyos detalles no han sido declarados de forma confiable.



El Lenin fue dado de baja en 1989, debido a que su casco se mostraba gastado por la fricción con el hielo, y está siendo transformado en un barco museo. Está anclado en Atomflot, una base para rompehielos nucleares situada en Múrmansk. Después de ciertos retoques en su interior, el rompehielos se transformará en un museo. Especialistas de la compañía de barcos de Murmansk finalizaron el trabajo en el 2005.









Los primeros cosmonautas rusos



En 1957 la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial de la Tierra. Le siguieron vuelos con animales a bordo. De allí que ya en 1959 se pudiera plantear el primer vuelo tripulado por un hombre. La selección de candidatos.


El diseñador jefe del proyecto de exploración espacial soviético, Serguéi Koroliov, insistió en que los pilotos de aviones de caza eran los más adecuados para este tipo de vuelos.
Se decidió que la edad de los candidatos debía rondar los 30 años, la estatura (característica crucial debido a la enorme estrechez dentro de primeras naves espaciales) y el peso no podían ser superiores a 170 centímetros y 70 kilogramos.
 —¿Cuántas personas le hacen falta? —preguntaron a Koroliov.
 —Muchas —respondió con alegría el ingeniero.
 —Pero los estadounidenses han seleccionado solo siete…
 —¡Habrán seleccionado siete pero yo necesito muchos más! —insistió Koroliov.

 La selección arrancó en 1959. En el Centro de Medicina Aeronáutica se formó un grupo de especialistas encabezado por el coronel del servicio médico Yevgueni Karpov. Los médicos del Centro recorrieron todas las unidades de aviones de caza para comprobar la salud física y sicológica de los candidatos.


El principio de voluntad era el básico para la primera etapa de la selección. Más tarde, muchos cosmonautas recordaron que durante la primera entrevista les hicieron la pregunta: “¿Quieren probar aparatos nuevos?” Pese a que solo los jefes de divisiones estaban al tanto del objetivo de esta rigurosa selección, casi todos los pilotos se daban cuenta de qué “aparatos” se trataba. Se les permitía consultar la respuesta con sus esposas, pero sin dar a conocer la existencia de la entrevista a nadie más. En la primera etapa fueron seleccionadas 347 personas. Tras un examen médico más riguroso quedaron 206. Tras varios meses de espera 52 personas revocaron su decisión por distintos motivos, aunque la causa principal solía ser el deseo de seguir su carrera de pilotos. Quedaron 154 voluntarios. Tras varios estudios médicos en el Centro de Medicina Aeronáutica, el mando de la Fuerza Aérea soviética aprobó las candidaturas de 20 personas. Distinta fue su suerte.

Muchos de ellos fueron los primeros e inscribieron sus nombres en la historia de la conquista del espacio. El 18 de junio de 1960 el grupo de futuros cosmonautas fue por primera vez recibido en la OKB-1 (Oficina de Diseños Experimentales de la ciudad de Kaliningrad, cerca de Moscú, ahora ciudad de Koroliov) por Serguéi Koroliov. El 30 de agosto se aprobó oficialmente la formación del grupo de cosmonautas y los jóvenes pilotos, todos primeros tenientes de la Fuerza Aérea (salvo Vladímir Koroliov, que era capitán) procedieron a la fase de entrenamientos: los pilotos fueron sometidos a pruebas de temperaturas de 40º; a pruebas de presión superbaja en cámara barométrica (a presión equivalente a una altura de 50 kilómetros sobre el nivel del mar)... Los lanzaban, vestidos con escafandra, al agua helada 10 veces al día.

 En reiteradas ocasiones practicaban saltos con paracaídas. Dada la imposibilidad de imitar las condiciones de la ingravidez en la Tierra, un avión de pasajeros Tupolev-104 fue reconvertido en un laboratorio “volante”, donde en trayectorias determinadas del vuelo se podía imitar la ingravidez durante 20-25 segundos. Pero lo más complicado fue pasar las pruebas de las “máquinas infernales”, como denominaban a los aparatos de pruebas centrífugas. Puesto que el grupo disponía solo de una réplica de la nave espacial para 20 personas, el general Nikolái Kamanin, el jefe del grupo, tomó la decisión de reducir el grupo a seis personas: Valeri Bykovski, Yuri Gagarin, Pável Popóvich, Grigori Neliúbov, Andrián Nikoláyev y Guerman Titov.

Koriolov


Tras los exámenes, realizados los días 18 y 19 de enero de 1961, una comisión presidida por el general Kamanin aprobó las candidaturas de todo el sexteto para el primer vuelo. Los pilotos fueron llevados al cosmódromo de Baikonur, donde pudieron presenciar varios lanzamientos fallidos de naves no pilotadas. Desde ese momento todos se dieron cuenta del peligro mortal del primer vuelo tripulado. El primero entre los primeros

 A partir de allí surgió la gran pregunta: ¿Quién será el primero? El responsable del proyecto era Serguéi Koroliov y la selección fue realizada personalmente por el diseñador jefe. Uno por uno, conversó con todos los pilotos y les hizo las mismas preguntas: sobre su estado de ánimo, salud… Todos se esforzaban por mostrar su bravura.

Cuando llegó el turno de Yuri Gagarin y al futuro pionero espacial le preguntaron por los entrenamientos en la famosa centrífuga, el sincero Yuri respondió: “¡Serguéi Pávlovich, es la prueba más complicada para mí!... Cuando salgo de allí, estoy que me caigo…” Sin embargo, la reacción de Koroliov fue contraria a la que se podría esperar. El jefe del proyecto, emocionado, agradeció la sinceridad del piloto. Cuando Gagarin salió de su despacho, los pilotos compartieron las impresiones, preguntas y respuestas. Resultó que los demás aspirantes contestaron que casi estaban contentos y felices en el infernal aparato…
 Con estas conversaciones Koroliov entendió que estando en condiciones extraordinarias (a bordo de una nave espacial), solo Gagarin contaría honesta y sinceramente lo que estaría sintiendo, sin improvisar, característica personal muy importante a juicio de Koroliov. Es decir, solo Gagarin aprobó el examen de honestidad. Ya que el prestigio de Koroliov (y la confianza en él de Nikita Jruschov) era absoluto, la comisión estatal hizo caso a los razonamientos del diseñador jefe y aprobó a Yuri como el primer piloto y a Guerman Titov como su substituto. El acto tuvo lugar el 8 de abril. Justo cuatro días antes de que Gagarin inmortalizara su nombre.

Yuri Gagarin

Un grupo de pioneros Del grupo original de 20 jóvenes pilotos, doce de ellos realizaron vuelos espaciales; cuatro, Iván Anikéyev, Grigori Neliúbov, Mars Ráfikov y Valentín Filátiev, fueron despedidos del grupo por “infracción de la disciplina militar”. Durante la preparación de los pilotos, los médicos dieron de baja a tres posibles cosmonautas más por razones de salud.

Bondarenko
 Valentín Bondarenko falleció durante un incendio que se produjo en la cámara barométrica. Curiosamente uno de ellos, Andrián Nikoláyev, participante en dos misiones espaciales, se casó con la primera mujer cosmonauta, Valentina Tereshkova. Borís Volýnov fue el que más tiempo permaneció en el grupo y realizó dos misiones espaciales.
Se retiró de la Fuerza Aérea y del Grupo de Cosmonautas en 1990, por motivos de edad. Guerman Titov es conocido como el segundo hombre en el espacio y el cosmonauta más joven. El día de su vuelo tenía 25 años y 11 meses de edad. Pável Beliáyev fue participante y comandante de la famosa misión Vosjod-2, que terminó con la primera caminata espacial de la historia, protagonizada por Alexéi Leónov. Beliáyev se retiró del Grupo por razones de salud pocos años después de su famoso vuelo. Murió en 1970.
Joven Yuri Gagarin
 Valeri Bykovski participó en tres misiones espaciales, una de ellas la realizó en pareja con Valentina Tereshkova. Víktor Gorbatkó participó en tres expediciones. Vladímir Komarov se convirtió en el comandante de la primera nave del proyecto Vosjod, tripulada por tres personas. Pereció durante su segundo vuelo, como la primera víctima del proyecto Soyuz

Pável Popóvich realizó dos vuelos. Participó en el primer vuelo espacial soviético con fines militares. Yevgueni Jrunov participó en una misión espacial. Fue el primero en pasar de una nave espacial a otra a través del espacio abierto. Alexéi Leónov participó en dos famosas misiones espaciales: fue el primer hombre en salir de la nave al espacio abierto y fue parte de la famosa misión conjunta con Estados Unidos Soyuz-Apollo, en 1975.
Popovich

Popovich





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